144 Hz, 240 Hz o 360 Hz: ¿Cuánto influye en tu precisión?
Subir de 60 Hz a 144 Hz cambia el juego. De 144 a 240/360 Hz, la mejora es más sutil pero clave si compites. Aquí te explicamos qué ganan realmente los Hz, cuándo conviene actualizar y cómo evitar tirar tu dinero.
1) 144 Hz vs 240 Hz vs 360 Hz: diferencias prácticas
144 Hz
Salto enorme desde 60 Hz: claridad de movimiento, menos blur, mejor seguimiento del objetivo.
240 Hz
Movimiento más “continuo”. Micro-ajustes y tracking mejoran si tu GPU se mantiene estable.
360 Hz
Mejora fina. Se nota más en aim de alto nivel y situaciones 1v1 donde cada ms importa.
2) El cuello de botella real: FPS e input-lag
Si tu GPU no sostiene FPS cercanos a tus Hz, no aprovecharás el monitor. Además, optimiza el input-lag: modo fullscreen exclusivo, desactivar V-Sync (o G-Sync compatible), y configuraciones del juego.
3) ¿Cuándo actualizar el monitor?
✅ Sí conviene
Tienes FPS altos estables, compites o haces aim training a diario, notas “arrastre” al trackear.
⚠️ Depende
FPS inestables: prioriza ajustar gráficos, drivers, o GPU antes de subir a 240/360 Hz.
❌ No todavía
Si juegas casual y tu FPS ronda 120–150, 240/360 Hz aportará poco por ahora.
❓ Preguntas frecuentes
¿Puedo “sentir” 360 Hz si tengo 200 FPS?
Notarás algo, pero no el beneficio completo. Ideal: FPS ≈ Hz o superiores, y input-lag optimizado.
¿Subir Hz mejora mis headshots solo?
No por sí solo. Ayuda a ver mejor el movimiento. La puntería mejora con entrenamiento consistente y buena sensibilidad.
¿144 → 240 Hz o 144 → 360 Hz?
Si compites y tu PC lo soporta, 240 Hz es el mejor “valor por mejora”. 360 Hz es refinamiento top-tier.

